Un día espero ser madre de un bebé bilingüe, por lo que este tema me apasiona y he leído varios artículos y estudios sobre esta materia en concreto.
Ser
bilingüe es una cosa maravillosa. El niño bilingüe conoce el
idioma de sus padres, y este le permite comprender y comunicarse con
su comunidad de origen, su legua materna es una de las más
importantes señas de identidad cultural que él posee.
Por
otro lado el niño bilingüe conoce también otro idioma que es generalmente el idioma
con que se comunica con profesores e iguales en la escuela y que
presumiblemente utilizará cuando deje la escuela y se integre en el
mundo laboral.
Ser
bilingüe no es solo una ventaja que le permite hablar con más
personas o que le abrirá puertas en el mundo laboral futuro, es una
clave de acceso a otras culturas.
Además,el
biligüismo desarrolla en los primeros años funciones cerebrales
específicas que le aportan al niño una ventaja cognitiva respeto a
los monoligües: para comprobar si los niños bilingües muestran
mejor capacidad intelectual: se
investigó
en los procesos cognitivos de niños bilingües entre 4 y 6 años
comparados con monolingües de la misma edad.
Se encontró que los
niños expuestos a un entorno bilingüe desde el nacimiento
desplegaban una “ventaja cognitiva” relacionada con el control
atencional, inhibición y flexibilidad cognitiva (switching tasks).
De modo que ser bilingüe facilita la ejecución de multitareas.
(1)
Como
síntesis, tanto en estudios comportamentales como de imagen
cerebral, la exposición a un entorno bilingüe muestra un impacto
significativo en el dominio simultáneo de dos lenguas.
Se subraya el
resultado positivo en distintos aspectos del desarrollo del niño:
lingüístico, cognitivo y en tareas de lectoescritura (1)
Algunos
datos interesantes sobre biligüísmo...
Existen
varios países donde el bilingüísmo es la norma (y no la
excepción): Suiza, Finlándia, Canadá y Bélgica, por ejemplo.
El
bilingüísmo no solo presenta ventajas a nivel laboral o cognitivo
sino también emocional, puesto que aumenta la autoestima y el
sentimiento de competencia de los niños
Si
hablamos de bilingüísmo en sentido estricto (biligüísmo
simultáneo) estamos hablando de un niño que ha adquirido dos
idiomas en simultáneo antes de los 3 años de vida
Cuando
hablamos de este tipo de bilingüísmo (simultáneo, antes de los 3
años) conviene también explicar que en estos casos los niños
suelen empezar a hablar un poco más tarde que sus compañeros
monolingües (aunque no existan estudios que se ocupen del tema esto
es lo que se suele verificar en la práctica), este hecho es
completamente normal, puesto que el niño está escuchando y
aprendiendo a procesar información en dos idiomas, no pasa nada, los
bebés bilingües pueden tardar un poquito más pero hablarán, y lo
harán directamente en dos idiomas como unos campeones,
En
los primeros años (hasta los 3, aproximadamente) puede haber alguna
confusión entre los dos idiomas, el niño puede mezclar elementos de
los dos idiomas en la misma palabra o entonces usar la misma palabra
en un idioma o en otro según los contextos (por ejemplo: he leído
sobre una niña que utilizaba la palabra castellana “manzana”
para denominar las manzanas reales y la palabra catalana “mela”
para designar las manzanas dibujadas en un cuento infantil).
Con
el pasar del tiempo la confusión desaparecerá y los niños
corregirán sus propios errores, de la misma manera que los niños
monoligües poco a poco van hablando de forma cada vez más correcta
A partir de los cuatro años se inicia la distinción entra las dos
lenguas y los niños empiezan a utilizar los dos idiomas de forma
separada (dirán “I like my school” o “Me gusta mi escuela” y
dejarán de decir cosas como “I like mi escuela”).
El
bilingüísmo también puede ocurrir en niños con más de tres años,
pero en este caso ya no será simultáneo porque el niño utilizará
los conocimientos adquiridos en la primera lengua y los utilizará en
la adquisición de la segunda.
Espero que os haya gustado, seguiré hablando de biligüísmo en futuras entradas.
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